Golpean los latidos.

Cuando creías que los fantasmas desaparecían, las tinieblas, los demonios y demás seres malignos habían desaparecido vuelven al ataque más fuertes que nunca, más rápido, a la velocidad de una bala, que aparece de la nada, la ves y choca contra tu frágil silueta, sientes como trocitos y trocitos de arterias, piel, sangre...fluyen.
Una sensación de vomito, miedo, parálisis se apodera de ti, te arrastra, te arrastran al  oscuro y profundo mar, donde un dia, un héroe inesperado, de color rojo fuego, metió el brazo, extendió su mano y te saca de ahí.

Crees tener un corazón de hielo tras vivir experiencias, tras comer escarcha, pero en el fondo, conoces, sabes que es magma, tan violento y caliente, tan vivo y salvaje.

Los elementos de agua y fuego, que se destruyen pero son tan necesarios juntos, que sin ellos. ¿Qué seriamos hoy en día? Luchan, se amaban, acaban encajando, se odian... no terminan de encajar. Se necesitan.

Las ganas de vomito aumentan y las nubes se siguen formando, pronto caerá el chaparrón.

Pronto uno necesita al otro.
Pronto los fantasmas llegan.
Pronto te sumerges  y no llegas.
Pronto se calienta.


Te he amado.