Para soñar hay que dormir,
rendirse, y dejarse ir.
Allá en la realidad se escapan,
tus posibilidades de gritar,
pero en noches largas,
mis ojos escapan al peso,
y mi vida respira en la noche.
rendirse, y dejarse ir.
Allá en la realidad se escapan,
tus posibilidades de gritar,
pero en noches largas,
mis ojos escapan al peso,
y mi vida respira en la noche.
No queda más que pintar sueños,
en noches eternas.
Y me veo,
rendido a los pies de la ventana,
viendo mi propio sueño,
pintado en estrellas,
y la Luna como complejo.
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